jueves, 22 de julio de 2010

Días en Brasil (5)

Todos:

“Largo” era mexicano, ya hacía unos años que vivía en Salvador. Se había ido del DF en busca de “paz y porro”, su vida giraba en torno a estos preceptos.
“Corto” era chileno, y su perfil era ciento por ciento “buscavidas”. Todo lo que necesitaras conseguir, Corto te lo gestionaba…..especialmente porro, con lo cual “Largo” y “Corto” eran inseparables.
Y, también, estaban las chicas… Luana, Linda y Joana… las tres morenas, bien bien morenas.

Lindas? No, no era esa belleza lo atrayente. Simpáticas? Sí, eran simpáticas, buscaban diversión por la diversión nomás… y gracias a eso hicimos conexión en el medio de la pista...bailando, riendo, dándonos cuenta que teníamos más cosas en común de lo que pensábamos antes de entrar en ese espacio.

Bailar…. Falhando Portuñol…..!!! y entendiéndonos! Esto parece un Milagro!! Y qué milagro!!

A las dos horas…las chicas… L,L & J (las iniciales que usaba para llamarlas) parecían amigas con quienes habíamos compartido años de aventuras e historias… temas en común… historias paralelas… toda esa sensación que te lleva a pensar que tenemos amigos en todos lados…

Bailamos y nos tomamos otras nuevas “caipiras”, pero ya estábamos para salir a demostrarle al mundo que la estábamos pasando bien… Ya no éramos el team del “Reagge Bar”… estamos para más…. y para allá, me dijeron, parece que vamos…

Salimos a la calle y, salir a la calle en Salvador, a dos cuadras del mar, no es lo mismo que salir a la calle en San Telmo, o Palermo ni siquiera en Puerto Madero, lugar bien cercano al agua (y qué agua, puf!).

“El equipo local” tenía bien claro a dónde íbamos… bajamos hasta la costanera,… y ahí debo hacer un nuevo paréntesis… un súper paréntesis… un Mega paréntesis!!! Doblar a una esquina y sentir el mar de Bahía… dá para un capítulo aparte… ya hablaremos de la madrugada de mar en Bahía…

martes, 13 de julio de 2010

Días en Brasil (4)

La noche de Bahia…

Mi primera noche en Bahía….

Bueno, de hecho, si cuento que con mis padres viajamos a Italia cuando yo tenía 12 años, habíamos parado en Bahía…, no lo sería, pero ni siquiera ellos sabían muy bien dónde estábamos aquella vez, por lo tanto no suma…

Esa era, entonces, mi primera noche en Bahía.

Desperté esa tarde, les contaba, y salté a la ducha (increíblemente la posada las tenia individuales!!), salí renovado y con mucha hambre!!

Les había contado que la posada estaba frente al mar… por lo tanto… al salir… con qué me encontré? Con el Mar… rugiendo, a su ritmo…

Con este panorama comienzo, entonces, una búsqueda lógica…quería comer frente al mar… Alimentar el estómago y el espíritu sentado en una mesa admirando el blanco de la espuma de las olas surgir en el medio de la noche.
No fue muy difícil encontrar el lugar, a pocas cuadras de la posada, en una especie de terraza, un lindo restaurant, sencillo pero muy bien ubicado, y, lo más importante, con mesas afuera justo frente al mar…

La comida estuvo bien, tenía mucha hambre, por lo tanto no era difícil conformarme. Un detalle que no va a dejar de ser importante fue la bebida… Al sentarme en la mesa… brisa de frente, playa iluminada por la luna, pedí mi primer caipirinha, un aperitivo antes de comer nunca viene mal…Durante la cena la el maridaje fue con cerveza y obviamente... “mais una!!” . Para finalizar tanto placer no hubo postre, pero qué sí hubo? ”Mais una”… en este caso… caipirinha!!

Ahí me encontraba, ya entrada la noche, solito, caminando por la costanera de Salvador, bastante contento por mi estómago satisfecho y con ansias de divertirme…

La diversión…

Tengo muchas historias como estas… buscando lo que encuentro, encuentro lo que busco.
Iba, entonces, recorriendo la costanera bahiense (no Blanca), cuando escucho, por una calle transversal, música.
Era reggae, esa música que te invita a bailar, a moverte y, especialmente, a hacerlo si estás cerca de una playa… Me acercó ese ritmo excitante y cansino a la vez, ese riff de guitarra inconfundible.

Estaba en una calle medio oculta, me dió una pequeña sensación de inseguridad, pero acá es donde las “caipiras” empiezan a tomar protagonismo. Nada me importó y hacia allí fui…” Reggae Bar” rezaba poco original el graffitti en la puerta, respiré hondo aire bahiano y entré…

El panorama era pobre, muy pobre. Cinco a seis personas en el lugar, todos con apariencia “particular”. Un personaje alto y pelilargo (bien largo), su ladero, petiso y pelilargo (no tan largo) y unas tres morenas bien morenas y de porte bien brasilero.
Se notaba el ambiente “familiar”. Todos conocían a los dueños del lugar o a quienes lo administraban. Era una fiesta para 10… en un lugar para 500…

La música era la conexión, me acerqué a la barra y, obviamente, pedí una caipirinha. Se ve que mi look destilaba imagen de turista, por lo que en segundos tenía a los personajes amigos cercándome preguntando de donde venía…

Uds. ya saben de dónde venía yo… Entonces, en lo que sigue...les cuento sobre ellos…

miércoles, 7 de julio de 2010

Días en Brasil (3)

La Estadía…

Llegamos a una avenida, frente al mar, aún muy oscura porque eran las 5 am y me dijo “vocé pode preguntar aquí o lá”. Le pagué tirándole un “moito brigado!” en perfecto portugués… y allí salí en busca del lugar donde pasaría mis primeros días en Brasil!!

Mi presupuesto estaba OK, pero si quería llegar a los 20 días que iba a durar el viaje tenía que saber administrar….y justamente ésta, es una de mis falencias… (esto creo que no lo puse en mi perfil). Siendo el placer un guía importante en mi vida (esto sí está en mi perfil) lo que necesitaba conseguir era un equilibrio entre costos y beneficios. Acaso no es esta máxima la que le vendo a mis clientes?

Elegí, no sé porqué, la posada que elegí. O quizás sí, y tiene que ver con el precio y la primera frase del párrafo anterior. Habitación de 3 x 2. Entraba la cama single, el bolso (en una silla) y una mesa con un ventilador de aquellos tiempos que fue el encargado de refrescarme en los momentos (muy pocos) en los que estuve ahí echado. Yo no necesitaba más. Según mis planes iba a estar todo el día en la playa, tomando sol, viendo si podía “ligar” algo con alguna garota, disfrutando y relajándome.

Un paréntesis para...LA REALIDAD, esa realidad que siempre supera la fantasía..... En este y otros cuentos encontrarán referencia a esto. Nunca consumí novelas, no en la tele y no en los libros pero, en algunos pasos de mi vida… las he vivido.

Yendo, entonces, a esa realidad… volvemos a la cronología… llegada a Bahía, taxi, posada…

Yo siempre he sido de buen dormir… inclusive he roto un par de records en la materia… por lo que ese “me acuesto para descansar un rato después del viaje” que pensé al entrar en el cuarto se transformó en una siestota desde las 6 am hasta las 5 de la tarde… Obviamente desperté renovado. Lleno de ganas por conocer. Un nuevo país, una nueva ciudad, una nueva cultura me estaba recibiendo.

Aunque ya era grandulote y había vivido en el exterior. En esa etapa de mi vida era el segundo país al que iba de vacaciones… antes había andado por distintos puntos en Uruguay. Después… el espectro fue mucho más amplio, pero esas son historias que ya contaré.

Entonces…habíamos quedado en que me despierto a las 5 de la tarde, y quiero recalcarlo porque no es un dato menor y va a ser determinante … Qué podría estar buscando después de haber viajado 10 horas, dormido otras tantas? Obviamente, comer!! A cenar!!

Y acá comienza esta historia... digna de ser contada…

sábado, 3 de julio de 2010

Unos días en Brasil...(2)

El Viaje..

Decidí, entonces, que Abril fuera mi tiempo para recuperar fuerzas, energizarme para volver a repetir la performance de mi primer año de vendedor. Me la había ganado y la iba a disfrutar a pleno….

La tarde de la partida llegué a casa luego de despedirme, con un brindis (los 90 eran puro Champagne), de mis mejores competidores, digo..compañeros en la empresa, armé el bolso con ropa y afines, me perfumé con esos ricos perfumes de los que me gustaban (me siguen gustando) y me subí al remis que había reservado para llegar a Ezeiza a tiempo.

Es diferente viajar sólo… no sé si mejor…o peor...lo que sí sé es que es muy diferente...

No hay compañera/o con quien charlar lo que va pasando. No hay posibilidad de apoyarse en el otro para comentar todas las nimiedades que van sucediendo en un viaje de 8 horas en el aire..
Son todas experiencias que se van guardando en nuestro disco rígido… ese disco que ahora estoy descargando sobre estas páginas.

Siempre que viajo, viajes largos, en transportes públicos, intento hacerlo de noche… incluso hoy…muchos años después de esta aventura, lo ideal para mi es pasar el tiempo del viaje…durmiendo.
El punto es que uno no siempre calcula bien a qué hora va a estar llegando a destino y ahí empiezan las primeras aventuras…

Cuatro y media de la mañana en Salvador de Bahía… primer punto del derrotero por Brasil, mi primera vez en tierra antes portuguesa y arrancaba por el Nordeste. Mis contactos en mis agencias de viaje clientes me ayudaron a conseguir buenas tarifas y un buen recorrido visitando varios destinos en la zona.

Confieso que me dio algo de miedo, es decir…solo, con mi bolso a cuestas, todo el dinero destinado a mis vacaciones en mis bolsillos, saliendo de un aeropuerto en una noche cerrada no es una situación muy amigable que digamos…

Pero “a lo Hecho…. Pecho!”, encaré a la ventanilla donde podía cambiar verdes (esos que me gustan) por reales, guardé lo que correspondía en el bolsillo del jean y a encarar un taxi… tenía ganas de dormir un rato antes de salir a conocer y vivir Salvador y todavía no sabía dónde iba a parar...

Tenía el dato que en la zona sur de Bahía estaban la gran mayoría de las Posadas… como en toda ciudad, Sur y Norte son importantes variables de segmentación (perdón, pero mi deformación profesional me obliga a estos comentarios). En el sur estaban las Posadas, más al Norte los hoteles 4 y 5 estrellas de Salvador.

Sabiendo esto le pedí al taxista que me arrimara a la zona de “pousadas”, cosa que el conductor entendió enseguida gracias a mi excelente nivel de portugués… Lo bueno de los taxistas es que, si tienen buena onda, se dan cuenta de lo que estás buscando… y éste se dió cuenta.

lunes, 14 de junio de 2010

Unos días en Brasil...

La intro….

Eran tiempos de soltería y búsqueda.
En lo laboral ya había cambiado mi perfil, estaba seguro que no volvería a meterme a programar en mi siempre confiable PC AT ni postularme en una consultora en sistemas.

Después de transitar un período de embarazo (si si..fueron nueve meses), como bancario, surgió una oportunidad y ya hacía un año que trabajaba en el mercado de turismo…, en el área comercial.

Ya lejos, entonces, estaba de diagramar funciones y procedimientos, tan característicos en el lenguaje RPG II, que era mi segundo idioma en aquellos tiempos pasados.

Y, si bien en esta etapa de un nuevo mercado encarado me había encontrado con desafíos y presiones que nunca había ni pensado experimentar, me gustaba.

Había sido un año duro, me había costado mucho llegar a donde había llegado. Desde el comienzo tuve que poner cuerpo y alma en este trabajo, “los negocios están en la calle” decía mi jefa.
Y aquí denme permiso para un paréntesis…. Mi Jefa...una mujer infernal, con una belleza y sensualidad, o sexualidad, que fluía de sus gestos sin límites. Lo justo y necesario para motivar a todo un equipo de tipos con hambre (hambre de verdad, hambre de necesitar ganar para vivir y de vivir para ganar, en ese orden….). María tenía eso que todo hombre quiere y teme tener, belleza, un cuerpo avasallante, actitud ganadora, y transmisión permanente de deseo, deseo por más, deseo por mejor...... deseo.

Estaba, entonces, como les contaba, finalizando mi primer año de trabajo pateando la ciudad de Buenos Aires de aquí para allá.

Este fue un año en el que, por primera vez en mi vida, tuve que pasar por las manos de podólogos/as (confieso que en estos días aprendía que así se llamaban) para que trabajaran con ahínco en mis callos. Era la única forma para no sufrir caminando durante mi routing visitando agencias de viaje.

Patear la calle no es sencillo, en varios sentidos, pero principalmente desde el físico, hay que poner toda la energía en iniciar el recorrido y no parar hasta terminarlo. Hay un objetivo por día y hay que cumplirlo.

"En la calle están los negocios" me volvían a repetir,no cumplir con el routing, seguramente influirá en los resultados.

Mi zona era "la 21" y era así mi rutina…. 16 agencias en el Microcentro los Lunes, 14 agencias en Caballito, Flores y Liniers los Martes, 14 agencias en Barrio Norte los Miércoles, nuevamente Microcentro los Jueves con 15 más y otra vez 14 pero esta vez en Palermo los Viernes.
No había descanso, salir de la oficina a las 10:00 y volver a las 18:00 habiendo cumplido con el esquema de visitas predefinido….y todo esto, o gran parte, caminando, con un maletín lleno de materiales de promoción en mano….

Pero todo esto no es una queja, ni mucho menos, he aprendido que “el que quiere verdes que le cueste”… y hablo de verdes, y no celeste, porque aún no he conocido billetes más atractivos que los de color verde viejo “made in USA”…

Llegaban, en este contexto, mis primeras vacaciones trabajando acá, y como les contaba, o se imaginan, trabajando en el mercado turístico, los momentos de vacaciones son en “temporada baja”, o sea, si TOOOODOOSS USTEDES… se van de vacaciones entre Diciembre y Marzo, seguramente ninguno de quienes trabajan en turismo pueden tomarse sus días de descanso en ese período. Deberemos entonces esperar hasta Abril... !